miércoles, 29 de noviembre de 2017

Cuando me han recordado por escribir algo



Me gusta leer, me gusta entrar a esos mundo de la imaginación que recrean momentos y vidas. La verdad tengo varios libros que no he leído. Tengo un cargo de conciencia por eso. Otra de las cosas que me gusta es escribir lo que
siento y al mismo tiempo imaginarme en tercera persona cuando escribo. He encontrado a muchas personas que me recuerdan más por lo que escribo que por lo que predico. Desde el año 1998 predico y pocas veces me han dicho una frase o cosas de lo que he predicado. Ahí comprendo que Dios actúa sin recordar que fue lo que realmente les hizo encontrarse con Dios y sentir su presencia en sus vidas. Pero por otro lado si me he topado con personas que me han dicho lo que en algún momento escribí para una revista o periódico o lo que han leído en mis páginas de Facebook. Dios actúa también por este medio de las cosas que escribo. Hay muchas personas que no les gusta leer, son prácticas y les cansa ver muchas letras. Ven unas líneas y se imaginan el resto, lo suponen y comentan.

Hace unos meses o años, no lo sé comenzamos un apostolado en el whatsapp para mandarles el evangelio y les hemos pedido que no comenten en los grupos donde dejamos una oración y el evangelio. Muchas se han molestado porque les pedimos eso, otras más quieren ese medio como si fuera un foro público para compartir todo tipo de notas. Hace poco hicimos un nuevo grupo con 180 contactos y les mandamos un mensaje particular a cada uno donde les decíamos que no pusieran NADA, ni imágenes, ni texto, ni caritas. De esos contactos unos 15 parece ser que no leyeron esta corta explicación pues al poco tiempo comenzaron a mandar mensajes y agradecer en el grupo. Tuvimos que recordarles a algunos hasta 3 veces la misma nota. Otros más se salieron del grupo y molestos por nuestra petición. Yo entiendo que hay personas que no saben usar ese medio y cometen errores, pero hay otras que no leen o simplemente no les interesa el apostolado. Como ya he trabajado varios meses con ese apostolado he aprendido a tener un poco de paciencia. El otro hermano que me ayuda también ha tenido que cultivar esa virtud. Hace unas semana un sacerdote que conozco hace muchos tiempo incluso antes de ser misionero me mandó un mensaje invitación para que me uniera a un grupo de sacerdotes en whatsapp y que por ese grupo este sacerdote nos iba a mandar mensajes espirituales para nuestra ayuda. Nos pidió que no pusiéramos nada y que solamente sería para recibir los mensajes. Yo sabía muy bien de lo que trataba y algo me decía que no iba a caminar tan bien muy a pesar de que todos los del grupo somos consagrados. Y así sucedió, comenzó la desfiladera de mensajes de una cosa y de otra. Unos compartían sus comidas, sus fiestas y hasta sus avisos parroquiales. Se les notificó que ese grupo no era para eso y algunos de ellos hasta pareciera ser que les daban más cuerda para que pusieran cosas. Yo respiré profundo y me dije, los fieles de mis grupos creo que me hacen más caso. El sacerdote que nos invitó ya tuvo que eliminar del grupo a los que no hacen caso a las indicaciones.

Leer, reflexionar y obedecer las reglas son leyes de vida para todo. Yo espero que nadie se vaya a ofender por lo que escribo, porque hasta eso, cuando escribo estas verdades hay algunos que aparte de necios y desobedientes son muy sentiditos y con ellos hay que aplicar el doble de paciencia. Espero al rato no me recuerden por este escrito y me recuerden a mi progenitora.  





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